La lluvia caída en las últimas horas ha generado un importante desprendimiento de tierras en el Campo de La Garita, en Cadavedo (Valdés), de manera que el acantilado ha arrastrado consigo el tablado en el que habitualmente bailaban los grupos folclóricos que participan en la fiesta de La Regalina. Y amenaza además la integridad del hórreo que allí se erige.
El alcalde de Valdés, Óscar Pérez, ha comunicado la situación a Patrimonio de la consejería de Cultura y a la Sociedad Popular La Regalina, propietaria del terreno. Y aunque ya se ha autorizado a desmontar el hórreo y llevarlo a otro lugar donde pueda permanecer a salvo, la tarea «se vuelve muy complicada en este momento», explica. Porque el terreno ahora mismo, con grietas y lleno de agua, convierte en peligroso cualquier trabajo en el que se emplee maquinaria pesada. Incluso podría suponer un riesgo para los propios operarios.
Preocupación es la que ha mostrado también esta mañana el presidente del PP de Valdés, Carlos López, profesor del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo. «Es un momento muy delicado para meter maquinaria pesada en el entorno del hórreo»- explica- porque el suelo está formado por «arenas arcillosas, muy poco consistentes, que no soportaría bien el peso de operaciones encima». Y aunque «todos apostamos por salvar el hórreo, lo primero es garantizar la seguridad de las personas», afirma. Además y dado que en la zona existen «grandes grietas en este momento» cabría augurar «más desprendimientos con carácter inminente, máxime si continúa lloviendo».