La consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez ha visitado este lunes, los trabajos arqueológicos que se acometen, de nuevo, en el castro de El Esteiro (Tapia de Casariego), incluídos en el Plan de Castros del Principado de Asturias y que el alcalde, Pedro Fernández, cree de gran interés. Situado al Oeste de la playa de La Paloma, se considera que este yacimiento puede ser el cuarto castro costero de mayor tamaño de Asturias.
El alcalde, Pedro Fernández, también trasladará a la consejera el interés del ayuntamiento en recuperar otros elementos patrimoniales como el lavadero de Serantes (el lavadero de As Donas y algunos otros elementos singulares. También se interesará por los trámites en curso para que el faro de Tapia de Casariego, ya rehabilitado y perfectamente equipado, pueda comenzar a funcionar como residencia para artistas: en agosto pasado, la administración estatal y la autonómica estudiaban qué solución dar a ese inmueble, de ocho habitaciones y con obras finalizadas hace meses, para que pueda comenzar a funcionar como esa residencia pública para artistas «Al Faro».
Visitado el yacimiento, la consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez pudo comprobar que los trabajos han permitido exhumar por completo una gran cabaña cuadrangular de unos 10×5 metros, una de las mayores edificaciones castreñas documentadas en Asturias. De ahí, «la importancia de sostener en el tiempo investigaciones que aportan nuevos datos sobre el patrimonio castreño” y ha agradecido el trabajo del equipo arqueológico, que “refuerza el compromiso del Gobierno de Asturias con la conservación, el estudio y la difusión del patrimonio del occidente”.
La campaña de este año, con una duración de cinco semanas y un apoyo económico de la consejería de 16.365 euros, se ha centrado en la estructura denominada C.2, parcialmente excavada en 1998. Su exhumación completa ha permitido confirmar que, en su última fase romana, se trataba de una gran cabaña cuadrangular, comparable a ejemplos destacados en Coaña (El Castriyón), Mohías (Os Curutellos) o Pendia.
Además, se han limpiado áreas excavadas en los años setenta, lo que ha permitido comprobar que conservan muros y niveles estratigráficos sin agotar. Este hecho abre la puerta a futuras investigaciones para ampliar el conocimiento sobre la evolución del poblado.
Tras décadas sin actividad arqueológica, los trabajos se retomaron en 2024 bajo la dirección de Alfonso Menéndez y financiados por Cultura. Aquella intervención permitió concluir la excavación de la cabaña circular C.1 y confirmar una secuencia estratigráfica que abarca desde la Edad del Hierro hasta época romana. Descubierto en 1968 por José Antonio Labandera Campoamor y estudiado por el profesor José Manuel González, Esteiro es uno de los yacimientos más relevantes del occidente asturiano. Las campañas de finales de los sesenta y principios de los setenta, dirigidas por arqueólogos como María Jesús Gutiérrez y Emilio Olávarri, ya evidenciaron la riqueza histórica del asentamiento.