ASAJA: «El Proyecto de Real Decreto sobre la aplicación de purines es un ataque directo al sector agropecuario de la Cornisa Cantábrica»

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Las cinco organizaciones de ASAJA en la Cornisa Cantábrica (ASAJA Asturias, Asociación Agraria de Galicia, ASAJA Cantabria, Euskal Nekazarien Batasuna y la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra), se han unido para «defender los intereses de los profesionales del sector» en el norte de la península, «ante los graves perjuicios que les podrían ocasionar las medidas propuestas por el
proyecto de Real Decreto en el que se pretenden establecer las normas para la “nutrición
de los suelos agrarios”.

A través del artículo 11, «posiblemente el más peligroso para el futuro del sector, el ministerio pretende que se prohíba en toda la península la aplicación de purines como se hacía hasta ahora (a través de abanicos o cañones), obligando a utilizar nuevas máquinas localizadoras e inyectores de purín». Pero en el norte peninsular, «sería imposible utilizar esos sistemas por la orografía, las características de las fincas y la humedad existente». En la mayoría de las parcelas «este tipo de maquinaria no podría trabajar, a muchas ni se lograría acceder o se hundirían por su excesivo peso». A ésto habría que sumar la «inabordable inversión que tendrían que realizar los ganaderos para adquirir esas máquinas, en el supuesto de que los fabricantes pudiesen abastecer a todos los profesionales a tiempo».

Recuerda ASAja que «el sector vacuno de la Cornisa Cantábrica está conformado por miles de explotaciones, la inmensa mayoría de carácter familiar, vinculadas al territorio y con una dimensión fuertemente condicionada por la difícil orografía de las zonas montañosas, por el pequeño tamaño de las mismas, y por una climatología con abundantes precipitaciones». Recuerda que en el Documento orientativo sobre la prevención y reducción de las emisiones de amoniaco de origen  agropecuario de UNECE, se indica «claramente que los medios de aplicación localizados no son adecuados cuando la pendiente del terreno es superior al 15%», por tanto, «debería incluirse esa limitación, además de que resulta imposible aplicar de forma localizada estiércoles o purines con un grado de humedad inferior al 88%, porque no fluyen a través de los tubos colgantes y, mucho menos, a través de los inyectores». «Igualmente, las fuertes pendientes y el gran número de ríos, riachuelos y regatos presentes en el territorio limitan enormemente las labores relacionadas con el abonado».

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Reconociendo que la calidad de las aguas «es una de las grandes preocupaciones de los ganaderos que, además, son usuarios y consumidores», ASAJA «acepta como propia la necesidad de ir aprobando planes de fertilización individuales» atendiendo a las indicaciones de asesorías técnicas y la mejora de las instalaciones y de la maquinaria, aunque «la sociedad y los poderes públicos deben compatibilizar la necesaria conservación del medio ambiente con la ayuda a las explotaciones agroganaderas para que éstas puedan asegurar su supervivencia». 

Dada la realidad de la ganadería de la Cornisa Cantábrica, el proyecto de Real Decreto resulta «todo un ataque en la línea de flotación al sector lácteo en su conjunto», «gravemente perjudicial» para las ganaderías de leche o de carne. Y podría conllevar la deslocalización de la producción lechera, «impulsando el cierre de explotaciones familiares de montaña y la concentración de la producción en macrogranjas ubicadas en las zonas llanas de la Península».