«Creo que las consecuencias de prohibir plantar patata no fueron suficientemente calculadas por quien las tomó»

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El Gobierno de Asturias levantará a finales de este mes la prohibición de sembrar patata a causa de la polilla guatemalteca en los concejos de Coaña, El Franco, Tapia de Casariego, Gijón y Muros de Nalón. Estos municipios pasarán a ser considerados zonas tampón, es decir, se podrá cultivar, pero los agricultores deberán notificar sus plantaciones para realizar un seguimiento fitosanitario.

La empresa Rancho Huerto de Coaña, en este tiempo de prohibición de plantación de patata, se vio obligada a cesar en su actividad. Su gerente, Joaquín Méndez, ha tenido que buscar otra alternativa de empleo, después de haber tenido que abandonar esa actividad. Por la cantidad de capturas de polilla habidas en El Franco y en Coaña “no se podría considerar la polilla como una plaga, porque no se llegó a capturar un mínimo número de ejemplares para considerarla como tal”. En este sentido, señala que ya había advertido que la situación de Coaña o de El Franco no era tan alarmante como para prohibir la plantación de patatas, aunque sí hubiera sido conveniente mantener un control.

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Las restricciones al cultivo de patata se mantienen en Navia y Valdés, en los que se irá levantando progresivamente cuando la evolución de la plaga así lo permita. También sigue la prohibición en Castropol, San Tirso de Abres, Taramundi y Vegadeo, en este caso como una medida fitosanitaria especial: estos municipios limítrofes entre Galicia y Asturias se establecen como un territorio sin presencia de cultivo para que puedan actuar como una barrera fitosanitaria en caso que la plaga tuviera un repunte derivado de factores impredecibles. Esta medida es preventiva y de no adoptarse podrían quedar sin efecto los esfuerzos realizados por ambas comunidades para erradicar esta plaga.