Colectivos ecologistas denuncian que se siga dando muerte a los cormoranes «para contentar a los pescadores»

Más de una decena de colectivos ecologistas y de lucha por el medioambiente suscriben un comunicado en el que alertan de que, otro año más, el gobierno del Principado autoriza a que se dé muerte a «240 cormoranes grandes en las cuencas de los ríos asturianos: 90 en la del Nalón, 40 en la del Caudal/Aller, 50 en la del Narcea, 30 en la del Sella, 20 en la del Deva/Cares/ Bedón, 5 en la del Esva y 5 en la del Navia». Algo que supone «un disparate más de la política ambiental» de gobierno regional.

Y piden a la administración asturiana «el cese de las prácticas de descaste de cormoranes grandes; que deje clara su posición en contra del control de otras especies de depredadores protegidas por la legislación actual, como nutrias, garzas y martines pescadores y que acometa las actuaciones necesarias para asegurar la conservación de las especies autóctonas de salmónidos (trucha común y salmón atlántico), que deberían incluir necesariamente la recuperación de los cauces fluviales, la eliminación de obstáculos, la persecución efectiva del furtivismo, la lucha contra la contaminación, el abandono de las repoblaciones, la reducción de los cupos de captura para la trucha y permitir solo la captura y suelta para el salmón».

Recuerdan estos colectivos que desde hace años, «una campaña promovida por algunas asociaciones de pescadores acusa al cormorán grande (Phalacrocorax carbo) de ser la principal causa del declive de las poblaciones de salmónidos en los ríos asturianos», al tiempo que exigen a la Administración «la erradicación de los cormoranes de las cuencas fluviales asturianas y de paso actuar también sobre otras especies protegidas como nutrias, garzas, martines pescadores…que se alimentan de peces».

Desde 2005 la administración del Principado de Asturias realiza controles poblacionales de cormoranes grandes. Según datos del propio Principado se han sacrificado más de 3.300 aves desde entonces. Y pese a esta «medida tan drástica y prolongada en el tiempo, no se ha conseguido frenar el declive de las poblaciones de salmónidos», lo que demuestra «lo inútil, además de insensato e inmoral a nuestro entender, de esta matanza».

Fructuoso Pontigo es el portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d’ Asturies.

Los colectivos que firman el comunicado- Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, Colectivo Ecologista de Avilés, SOS Cuideiru, Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica-PDCC, Asociación Molín de Adela, Grupu Ornitoloxía Mavea, Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza-ANA, Asociación Medioambiental Biodevas, Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies-COA, Asociación de Animales con Derecho y Libertad-ANADEL e Instituto para la Calidad y la Educación Ambiental-INSCEAM- recuerdan además, en cuanto a la posible incidencia del cormorán grande sobre las poblaciones piscícolas de las que se alimenta que:

  1. El cormorán grande es una especie migratoria, invernante en los ríos y las costas asturianas. No es una especie alóctona, y mucho menos invasora.

  2. Los resultados del proyecto europeo REDCAFE (“Reducing the Conflicts between Cormorants and Fisheries on a pan-European scale”), (Carss, 2000), que ha sido financiado por la Unión Europea con objeto evaluar el conflicto entre cormoranes y hombres a una escala pan-europea, coinciden en afirmar que el impacto de los cormoranes grandes sobre las poblaciones salvajes de peces es mínimo y en ningún caso es el causante del declive de las poblaciones de salmónidos.

  3. En Asturias, los trabajos hechos hasta el momento confirman estos mismos resultados, concluyendo que no se puede determinar una relación de causa-efecto entre la presencia de cormoranes grandes en las cuencas fluviales y el declive de las poblaciones de salmónidos en las mismas, Solano, S. & Silva, P (2005) Solano, S; Silva, P. & Ribera, V (2006) Ribera, V; Silva, P & Solano, S (2007)

  4. El papel fundamental de los depredadores fluviales, como los cormoranes grandes, las nutrias, las garzas o los martines pescadores es mantener el equilibrio en el ecosistema. Varios trabajos han confirmado que el efecto de la depredación de los cormoranes grandes sobre las poblaciones salvajes de peces es insignificante (Nagasawa, 1998; Suter, 1995).

  5. Los controles letales de depredadores, y en concreto de cormoranes grandes, no alcanzan los objetivos de reducción poblacional que buscan los pescadores y el Principado, tal como confirman los numerosos estudios y proyectos científicos realizados tanto en España como en otros países del mundo con presencia de esta especie. Según un trabajo publicado en 2010, independientemente del número de cormoranes eliminados, la población local permanece constante mientras los recursos sigan disponibles (Chamberlain et al., 2013). Según este trabajo, al eliminar los cormoranes de una determinada zona, si la fuente de alimento sigue presente, otras aves ocuparán rápidamente su lugar, ya que existe una población flotante que no es eliminada.

  6. La población invernante de cormorán grande se mantiene debido al alimento abundante y fácil de conseguir, lo que ha repercutido positivamente en la supervivencia y en el éxito reproductor, y por la suelta masiva de peces, sobre todo de especies alóctonas en embalses, con destino a la pesca deportiva. Se debe reducir el acceso a estas fuentes de alimento fácil en las poblaciones de origen y no incrementar los descastes en las zonas de invernada, tal como recomienda el proyecto REDCAFE.

  7. No hay una sola prueba de que las matanzas de los cormoranes en los ríos asturianos hayan mejorado las poblaciones de salmones y truchas, el Principado nunca ha presentado un trabajo científico que las avale.

  8. La administración no debe improvisar su gestión como respuesta a presiones de ciertos grupos, sino que debe desarrollar los planes de conservación de especies atendiendo a criterios científicos y éticos, tal como le exige la actual normativa y la Comisión Europea.