El plan de gestión del oricio del Principado ha finalizado con la captura de
13.870 kilos de ejemplares, lo que supone un promedio de 1.066 kilos
diarios, una cifra muy cercana al máximo de quince toneladas fijado por
el documento. La Dirección General de Pesca Marítima considera
positivos los resultados de esta iniciativa, que ha cumplido sus objetivos
de captura y rentabilidad, con 182.113 euros de beneficios.
El proyecto se desarrolló en los meses de febrero y marzo. El 43% del
volumen total de capturas se produjo en el sector 1, entre la ría del Eo y
el río Barayo; el 49% en el sector 2, entre el río Barayo y la ría del Nalón,
y el 8% en el sector 3, entre la ría del Nalón y el cabo de Llastres.
La distribución de las mareas y mariscadores fue la siguiente:
– Sector 1: 376 mareas realizadas por 38 mariscadores.
– Sector 2: 457 mareas realizadas por 48 mariscadores.
– Sector 3: 79 mareas realizadas por once mariscadores.
Este plan, diseñado con carácter experimental junto con las cofradías,
amplió la zona de captura y estableció trece días hábiles distribuidos
entre los meses de febrero y marzo, coincidiendo con las mareas
inferiores a 70 centímetros de altura. También fijó un número máximo de
licencias (103), aunque finalmente participaron 97 mariscadores.
Además, se estableció un límite de quince kilos por día y quince
toneladas en total. Para la aplicación del plan se puso en marcha un
sistema de control y seguimiento de capturas a través de los
guardapescas incorporados previamente a cada una de las cofradías
gestoras.
El erizo de mar se encontraba en veda total en Asturias desde
septiembre de 2016 debido al mal estado de sus poblaciones. Durante
este periodo se llevaron a cabo actuaciones en zonas submareales de la
costa para su recuperación mediante una doble actuación: el trasplante
de ejemplares adultos para que su presencia ejerciera un efecto de
protección y refugio sobre los más pequeños, y la posterior suelta de
270.552 juveniles cultivados en el criadero del Centro de
Experimentación Pesquera para la repoblación.
Desde entonces se ha llevado a cabo un seguimiento anual de las
poblaciones en doce pedreros de la costa. Los resultados de estos
muestreos no permitieron la reapertura de la explotación del oricio.
Por este motivo, en el invierno de 2024 se puso en marcha una
experiencia de explotación controlada en dos de los pedreros de los que
se tenían datos de evolución anual y en los que posteriormente a la
explotación se volvieron a realizar los muestreos habituales. En ambos
se constató que no hubo efectos negativos ni sobre la densidad ni sobre
la estructura de tallas de las poblaciones de oricio.
Durante los meses de aplicación del plan se constató la alternancia en la
pesca del percebe y el oricio, lo que redujo las capturas del primero y
duplicó la rentabilidad del sector marisquero respecto años anteriores.