El Pregón y la Proclamación de Reina y Damas del Descenso marcaron anoche el arranque simbólico del LXVII Descenso a Nado de la Ría de Navia, en una gala llena de homenaje, recuerdos y nuevos comienzos

Como manda el ritual, fueron las Reina y Damas salientes quienes entregaron las bandas y
traspasaron su reinado a las nuevas representantes, en un gesto cargado de emoción, complicidad y
memoria compartida. La reina saliente dirigió unas palabras cargadas de agradecimiento y
nostalgia, destacando lo vivido durante su año de reinado. Después, fue el turno de la nueva Reina y
sus Damas, Raquel Blanco Carballo, Andrea Rodríguez Regodeseves y Laura García Pérez, quienes
tomaron el relevo con orgullo, responsabilidad y palabras llenas de ilusión por representar a su villa
en un evento tan especial.
El momento central de la noche llegó con el Pregón a cargo de María de Valdés Álvarez, nadadora
de élite y medallista internacional en aguas abiertas. Su discurso, lleno de emoción y autenticidad,
no sólo repasó su carrera, marcada por el esfuerzo y la pasión por el agua, sino que también
conectó con el alma del Descenso: el amor por la ría, el compañerismo y la fuerza de una
comunidad que cada año se vuelca con este evento. “Navia me ha regalado mucho. Y hoy,
humildemente, quiero devolveros una parte. Este pregón es un sí rotundo a la pasión, al esfuerzo y
a la magia de la natación”, expresó María en uno de los momentos más aplaudidos de la noche. La
pregonera recibió un obsequio conmemorativo por parte de la organización, en agradecimiento a
su cercanía, generosidad y compromiso con el deporte.

En uno de los momentos más institucionales de la velada, el presidente de la Asociación Amigos de
la Ría de Navia dirigió unas palabras al público, en las que celebró con orgullo el nuevo récord de
participación del LXVII Descenso, un hito histórico que consolida a Navia como epicentro nacional
de las aguas abiertas. En su intervención, también agradeció públicamente a la Fundación Manuel
Suárez por la cesión de un espacio de acampada cómodo y seguro, que facilita la acogida de los
nadadores y sus acompañantes y mejora la experiencia del evento deportivo.
La emoción fue en aumento con la entrega de placas de honor a dos figuras fundamentales del
entorno naviego. Por un lado, a Manuel Álvarez Rodríguez «Manolo», que este año celebra el 50
aniversario de su ordenación sacerdotal y cuya implicación con el Descenso ha sido constante
desde su llegada a Navia. Por otro, a Kike Lazcano, voluntario incansable y entrañable del Descenso,
que ha atravesado un año complicado por motivos de salud, y cuya presencia fue recibida con un
caluroso y prolongado aplauso.
La noche fue acompañada por la música del trío Sevi, Manu y Mario, que amenizó con gran acierto
los distintos momentos de la gala, aportando calidez, ritmo y emoción a una jornada ya de por sí
inolvidable.
Tras la ceremonia, los asistentes se trasladaron al Casino de Navia, donde se celebró el brindis en
honor a la Reina y Damas, y más tarde a la Fiesta del Nadador, en la Nave Municipal El Puerto, que
cerró la noche con alegría, música y espíritu festivo.

En resumen que el Descenso a Nado de la Ría de Navia es
mucho más que una prueba deportiva: es un ritual colectivo, una emoción que se hereda, y una
fiesta que une a generaciones.

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