La Asociación Amigos de Vegadeo y su concejo entregó este
jueves 8 de agosto el XXVI Premio Vegadense del Año al Juan
de la Cruz Antolín Rato, por su impulso al baloncesto en la
localidad.
Antolín recibió este galardón, que consiste en un diploma y una
reproducción de la Diadema de Vegadeo, joya castreña
prerromana, “por el impulso del baloncesto en el municipio de
Vegadeo, considerándose una figura esencial para el desarrollo
de este deporte, resaltando la importancia de implantar esta
actividad como deporte base fundamental para la educación de
la juventud; por su entusiasmo, constancia y dedicación para
crear y mantener uno de los clubes deportivos más longevos
en la capital veigueña y por su implicación incansable en
múltiples actividades asociativas organizadas en el municipio”,
según apunta el acta del jurado.
Tras una recepción en el Ayuntamiento de Vegadeo, la
ceremonia de entrega del premio se llevó a cabo en el auditorio
Félix Menéndez de la Casa de Cultura de la localidad, en un
acto que contó con la asistencia de parte de la corporación
municipal; del director general de Reto Demográfico en
Asturias, Marcos Niño; de la diputada Alba Álvarez; del cronista
oficial de la villa de Vegadeo, Luis Casteleiro; la premiada en
2023, Lulas Somoza; miembros del jurado del XXVI Premio
Vegadense del Año y proponentes de las candidaturas,
representantes de asociaciones locales, junta directiva de
Amigos de Vegadeo y su Concejo y abundantes familiares y
amigos del premiado, que se emocionaban con él al repasar su
trayectoria deportiva y profesional en un vídeo emitido durante
el acto.
Una ceremonia conducida por la vicepresidenta de Amigos de
Vegadeo y su concejo, Marta Santamarina, que presentaba a
Antolín como “un veigueño de adopción que llegó a nuestra
villa hace unas cuantas décadas y que instauró en Vegadeo su
pasión por el baloncesto, una afición que le llevó a formar un
club en nuestra tierra que se mantiene hasta la actualidad”.
En el discurso institucional, Natalia Riego, presidenta de la
asociación, recordaba a los asistentes todo el trabajo que
realiza Amigos de Vegadeo y su Concejo y pedía apoyo y
colaboración tanto a las autoridades políticas, “que continúen
ofreciéndonos los medios de los que dispone el concejo para
llevar a cabo nuestra actividad. Sabéis que nos urge encontrar
un nuevo local en el que preservar adecuadamente los
documentos y objetos históricos que la asociación ha ido
recopilando a lo largo de estos 30 años”, decía y a los
miembros de otros clubes y a todo aquél que quier colaborar
para la realización de actividades y proyectos en pro de seguir
manteniendo viva la historia y la cultura de Vegadeo.
En el momento de recoger el galardón, un diploma y una
reproducción de la diadema de Vegadeo, que recibió de manos
de su antecesora Lulas, Antolín habló del baloncesto pero
también de política, de solidaridad y de igualdad de
oportunidades. “Debemos ser solidarios con los que menos
tienen. No por caridad, sino por justicia y protestar, protestar
siempre, si no protestamos los que mandan piensan que lo
están haciendo bien y se duermen
en los laureles”, decía. Y terminaba su discurso animando a los
asitente a divertirse: “ es obligatorio que seamos felices.
Recordad lo del baloncesto: Lo hicieron porque no sabían que
era imposible”, afirmaba.
Al finalizar el acto, además, la asociación quiso hacer un
pequeño homenaje a los fundadores de la asociación, que
cumple ahora 30 años, y a la primera junta directiva, un grupo
de vecinos de Vegadeo con inquietudes culturales e interés por
la historia local que en 1994 decidió crear una asociación en la
que invertir su pasión por esa villa. El equipo que forma la junta
directiva actual de Amigos de Vegadeo y su Concejo, reelegida
esta misma semana, se siente muy orgulloso de poder
mantener vivo este proyecto y, al tiempo, muy agradecido de la
fidelidad de los socios que nos impulsan día tras día para que
continuemos por esta senda de estudio y difusión de la historia
y la cultura local entre los veigueños de todas las edades.
Cerró el acto la interpretación del himno de Asturias por parte
de un trío de gaitas y tambor.