«Con actividades como la de hoy logramos acercar el surf a personas con distintas capacidades y promover los beneficios físicos y psicológicos de la práctica de este deporte en personas con
discapacidad intelectual”, ha señalado este jueves Pedro Méndez, responsable y monitor de la
Escuela de Surf Picante de Tapia de Casariego, tras finalizar la tercera sesión de las Jornadas de
Surf Inclusivo que se han venido realizando durante las últimas semanas en la Playa de Tapia, y
que han estado dirigidas a un grupo de usuarios y usuarias de la Asociación Fraternidad ubicada
en Villamil (su CAI, Centro de Apoyo a la Integración) y en Tapia de Casariego (su Residencia)
Esta ha sido sin ninguna duda la sesión más especial porque en ella han participado, además de
las 12 personas con discapacidad intelectual de Fraternidad, un grupo de alumnos habituales de
la Escuela de Surf Picante, con edades comprendidas entre los 8 y los 16 años.
“Con esta actividad hemos vuelto a demostrar que una verdadera inclusión es posible y
necesaria en todos los ámbitos de la vida, incluido el deporte” ha dicho Mayca González
Collado, gerente de la Asociación Fraternidad. “Queda mucho por hacer, necesitamos seguir
dando mucha más voz y visibilidad a las personas con discapacidad, pero jornadas como esta,
que acercan nuestra realidad a los más jóvenes, son muy importantes para seguir creciendo
como sociedad, y para que las futuras generaciones vean la discapacidad con normalidad, sin
prejuicios, y como una oportunidad.”
González Collado aprovechó para dar las gracias públicamente a los responsables y a todos los
monitores y voluntarios de la Escuela de Surf Picante “por su colaboración, generosidad y
solidaridad.” Añadió, además, que “ver las caras de felicidad de nuestros chicos y chicas, como se
esfuerzan y ponen todas las ganas y la ilusión por aprender y superarse, es la mejor recompensa
posible, un regalo.”