Desde Villayón, la alcaldesa, Estefanía González, ha denunciado la situación que vive una familia de Poxos (localidad que dista 16 kilómetros de la capital del concejo) que no dispone de una línea de transporte que permita a su niño cursar Secundaria Obligatoria en el Instituto de Navia. Y es que según la ley actual, explica la alcaldesa, en cuanto se suprime una línea de transporte por falta de alumnado, es necesario que al menos vuelvan a reunirse tres alumnos/as que demanden este servicio para retomarla cursos posteriores. Circunstancia altamente improbable en una localidad rural como puede ser la de Poxos. La familia tiene además otra hija que cursa el Bachillerato en Navia- educación no obligatoria- que estaría en la misma situación que su hermano, de haberse quedado a vivir en el domicilio municipal.
Mario García y Delfina, vecinos de Poxos, son padre y madre de de Mario, el niño que no tiene transporte escolar que le lleve diariamente de Poxos a Villayón para, desde aquí, desplazarse al IES de Navia (y, viceversa, volver a casa desde Villayón, al terminar la jornada escolar). Mario recuerda que el chaval sólo ha podido ir a clase la primera semana del curso 2022/2023, porque en ese momento pudo llevarlo en su propio coche a Villayón. Pero la situación resulta insostenible, señala. A la espera de ver qué ocurre próximamente, y si tendrá que resignarse a que su hijo «cumpla los 18 años para que pueda conducir y sacarse el Graduado en Secundaria», lamenta que con este tipo de inconvenientes se dificulte la permanencia en el medio rural, cuando los políticos hablan justo de promover lo contrario. Y recuerda que su hija a tenido que irse a vivir a Luarca, desde donde coge diariamente el autobús para acercarse al IES de Navia, adonde llegar cada mañana una hora tarde a clase, puesto que esa línea de transporte tampoco es escolar, sino una línea ordinaria de bus.
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